2/28/2010

MAR DEL TRATA: CIUDAD FELIZ PARA LOS PROXENETAS, POLICIAS, JUECES Y POLITICOS DEL REGIMEN.


Terminemos con las redes de Trata y prostitución. Basta de explotación sexual. Ni una presa mas, ni una muerta más por abortos clandestinos.

Mar del Plata, la supuesta ciudad Feliz, no escapa a la realidad mundial que viven millones de mujeres. Nosotras componemos más del 50% de la población que vive en este planeta, siendo el sector más pobre y precarizado, consideradas trabajadoras de segunda, creando así divisiones con nuestros compañeros.

Hace un tiempo salió a la luz la existencia de más de 400 prostíbulos en nuestra ciudad. La mayoría mujeres inmigrantes pobres son secuestradas para la explotación sexual. Sus documentos eran retenidos y obligadas por medio de la violencia, tanto física como psicológica, a vender su cuerpo como si fuese una mercancía más, propiedad del proxeneta. Cuando la denuncia salió en los medios, el Concejo Deliberante conformo una “Mesa de Trabajo contra la Trata” integrada, entre otros, por la policía (¡!), la Iglesia y concejales de la CC y el FPV.

¿Acaso podemos pensar que se va a terminar con la Trata dejándolo en manos de una Mesa integrada por los mismos que encubren y forman parte de este comercio que mueve 1 millón de pesos mensuales? La misma justicia esta denunciada por cajonear las causas contra los prostíbulos, la prensa local es la encargada de “propagandizarlos”, la policía es cómplice e integrante de estos negociados contra las mujeres; y la Iglesia no puede ser mas hipócrita cuando esta denunciada en todo el mundo por apañar a los curas abusadores de menores, como el padre Grassi. Para acabar con este gran comercio, que en nuestra ciudad significa la explotación de más de 4 mil mujeres y niñas, no basta con Mesas de trabajo; sino que es necesaria la más amplia movilización de las mujeres, las organizaciones populares, obreras, estudiantiles, etc.

Las mujeres debemos ponernos de pie en la lucha por nuestros derechos, enfrentando al gobierno y la oposición patronal que hacen causa común con el Vaticano contra el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, causando así la muerte de más de 500 mujeres al año por las consecuencias del aborto clandestino.

Desde Pan y Rosas creemos que es importante que nos organicemos y empecemos a discutir sobre nuestros derechos, independientemente tanto de la Iglesia, del Estado o de cualquier partido patronal. Porque si nosotras no discutimos y peleamos por conquistar nuestros derechos nadie lo va hacer por nosotras.

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Con armas de fuego no se levantan escombros, con armas de fuego se mata gente

SOLIDARIDAD CON NUESTRAS HERMANAS HAITIANAS

A más de un mes del trágico terremoto del 12 de enero, han sido confirmadas cerca de 200.000 muertes, 250.000 heridos y más de 1 millón que quedaron sin casa (en un país de 10 millones de habitantes), en un territorio absolutamente devastado que deberá enfrentar enfermedades y epidemias que se propagarán por la descomposición de cadáveres, la falta de agua potable y la inexistencia de la más mínima infraestructura.

Los terremotos son imprevisibles, pero las consecuencias que tuvo este sismo para el pueblo haitiano eran absolutamente previsibles. La inmensidad de la catástrofe no es el resultado de la naturaleza, sino de un sistema de explotación y expoliación que ha convertido a Haití en uno de los países más pobres del mundo: el 80% de su población sobrevive en la indigencia, el 60% sin trabajo, la tasa de mortalidad infantil es del 80%, no hay agua potable y la desnutrición es crónica.

En su primer año al frente de la Casa Blanca fue suficiente para demostrar que el gobierno de Obama no iba a implicar algún cambio en las políticas imperialistas de Bush sino que las ha profundizado, apoyando y financiando el Golpe de Estado en Honduras, aumento la militarización de America Latina con las siete bases militares en Colombia, abrió un nuevo frente de batalla en Medio Oriente (Yemen) y ahora está llevando adelante una cínica campaña “humanitaria” consistente en el envío de 13.000 soldados, una flota de guerra y cientos de helicópteros con la excusa de “prevenir” desmanes y “asegurar” la entrega de alimentos y medicinas. En realidad, el objetivo es reprimir a la población desesperada y garantizar la continuidad de los negocios de la burguesía local y las multinacionales instaladas sobre todo en la frontera con República Dominicana donde sus trabajadores son semiesclavos.

Desde 2004 el país se encuentra ocupado por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) integrada por Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, Bolivia y otros. Estas tropas han protagonizado feroces represiones al pueblo haitiano, especialmente a las mujeres y las niñas, a las cuales abusan, violan, secuestran y venden, hasta las obligan a prostituirse por alimentos.

Desde Pan y Rosas denunciamos el papel de las tropas extranjeras de la ONU en Haití, las cuales durante años han venido oprimiendo al pueblo haitiano, y cometiendo los peores atropellos contra las mujeres, recrudeciendo los látigos ahora bajo esta tragedia.

Además exigimos que sean las multinacionales y grandes empresas capitalistas las que entreguen de forma inmediata los alimentos, medicamentos, combustible y otros insumos necesarios para enfrentar la catástrofe. Y que sean las organizaciones de mujeres, feministas, obreras, estudiantiles, de derechos humanos y sociales las que controlen y distribuyan los recursos recibidos en Haití. Que las donaciones lleguen al pueblo y no se pierdan en la burocracia y las mafias oportunistas capaces de sacar provecho hasta en momentos como éste.

Lancemos una gran campaña de solidaridad con nuestras hermanas Haitianas!

Fuera ya las tropas de la MINUSTAH! Fuera yankys de Haití y de toda América Latina!

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